El primer paso para cuidar sus extremidades es conocerlas. Los vasos sanguíneos suministran el oxígeno y los nutrientes a todas las partes del cuerpo, incluidas las piernas. Cuando este flujo se interrumpe debido a diferentes causas, se produce una AP, que es como una tubería obstruida.
La AP estrecha u obstruye las arterias de las piernas debido a los depósitos de placa. La acumulación de la placa hace que las arterias se endurezcan, lo que se denomina aterosclerosis. Si las arterias de las piernas se obstruyen, el flujo sanguíneo se reduce. La pérdida total de la circulación puede causar síntomas graves, como gangrena, que puede hacer necesaria una amputación.
La acumulación de la placa puede aumentar con el tiempo y, con ello, la obstrucción de la arteria. La placa también puede desencadenar la formación de coágulos de sangre. El coágulo de sangre puede estrechar aún más la arteria u obstruirla por completo. Si la obstrucción de las arterias continúa, puede causar síntomas como dolor, úlceras y dificultad para caminar.