Estos médicos pueden realizar pruebas, como el índice tobillo-brazo (ITB), para detectar la AP. También ayudarán a controlar cualquier herida o llaga abierta y a garantizar el buen estado general de los pies y las piernas.

Los médicos de atención primaria evalúan los factores de riesgo de AP del paciente, siendo la edad, la diabetes, la presión arterial elevada y los antecedentes de tabaquismo algunas de las principales evaluaciones realizadas. Además, pueden derivar a los pacientes al especialista para que este realice otras pruebas de AP.

Un cirujano vascular es un médico especializado en el tratamiento quirúrgico de los vasos sanguíneos. Con frecuencia, el cirujano vascular será el primer especialista en vasos sanguíneos que verá. Evaluará si se le puede derivar a un especialista endovascular o si lo más adecuado es una cirugía vascular.

(radiólogo intervencionista/cardiólogo intervencionista/cirujano vascular con formación específica en procedimientos endovasculares)
Estos especialistas pueden llevar a cabo exploraciones de diagnóstico avanzadas para evaluar el estadio y la gravedad de la AP y desarrollar un plan de tratamiento. Además, realizan procedimientos endovasculares mínimamente invasivos para restaurar el flujo sanguíneo y pueden derivar al paciente a un cirujano en caso necesario.

El personal de enfermería y del hospital está implicado en todas las etapas de la AP. Pueden ayudar a identificar la AP, poner en contacto a los pacientes con los especialistas y ofrecer apoyo constante para la gestión de la AP.