Es importante conocer qué aspectos de su estilo de vida y antecedentes genéticos pueden ponerle en riesgo de desarrollar AP. Saber reconocer los factores de riesgo de la AP es el primer paso para recibir un diagnóstico y tratamiento. Esto es importante, ya que la AP sin tratar puede provocar complicaciones graves, como la amputación.

Algunos factores de riesgo de la AP son incontrolables, como la edad, la raza y los antecedentes familiares. Otros son el resultado del estilo de vida, como el consumo de tabaco. El consumo de tabaco, tanto fumado como mascado, es el principal factor de riesgo de la AP. Si fuma, debe dejar de hacerlo de inmediato, ya que aumenta enormemente el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular y de acumulación de placa en las arterias.

Otros factores de riesgo de la AP, como la presión arterial elevada y el colesterol alto, se pueden controlar con un estilo de vida saludable. Por ejemplo, llevar una dieta saludable y reducir la cantidad de alimentos fritos, procesados y azucarados que consume puede ayudarle a reducir la presión arterial. En los diabéticos, controlar debidamente la diabetes y los niveles de azúcar en sangre puede reducir el riesgo de padecer AP. Colabore con su médico para hacer frente a sus factores de riesgo concretos y desarrollar un plan para reducirlos.